Luz en el ocaso

Hay ciudades que tiene el provilegio de gozar atardeceres coloridos y llenos de matices. Bogotá es una de esas, en las que a diario se ofrece algo para admirar y disfrutar para los que aún nos sorprendemos por el cierre del día y la paleta de colores que éste presenta desde los diferentes ángulos. Incluso en tardes oscuras y donde aparentemente no sucede nada espectacular, las luces del ocaso nos regalan reflejos que duran segundos y que si tienes la cámara a la mano, logras capturar un momento único y especial, como la foto que acompaña esta entrada donde el "sol de los venados" como le llamamos por estos lados, logró encender un apartado y solitario balcón reflejando un rojo intenso en sus vidrios de protección lateral como recuerdo único y especial como sucede en cada cierre del día y que disfrutamos en esta parte del planeta.